miércoles, 5 de diciembre de 2012

DICIEMBRE... YA SE ACERCA LA NAVIDAD

Ha llegado diciembre, y eso nos avisa que la Navidad está ya muy cerquita. Son fechas en las que a pesar del tiempo que estamos viviendo, tenemos que pensar en todas esas cosas buenas que nos rodean, ya que las que no son tan buenas nos llegan solas y no merece la pena pensar en ellas.

 Os paso algunas de mis galletas para endulzar estos tiempos menos buenos, y hoy comparto con vosotros un trocito de mi niñez. Espero que os guste.  




Mi mami, desde siempre nos ha hecho vivir estas fechas tan familiares como algo extraordinario. Somos cuatro hermanas y pese a no tener grandes lujos  en casa, cuando llegaba la Navidad siempre se convertía en algo muy muy grande... Se adornaba la mesa, se adornaba la casa, con su árbol y por supuesto no faltaba nuestro Belen. 




Hemos vivido siempre en el último piso, y quizás por eso ocurría siempre... La noche de Reyes nos íbamos con mi padre a ver la cabalgata, y mientras mi madre se quedaba en casa preparando algunas cosas... 

 Eso no era nada extraordinario para unas niñas ilusionadas esa noche, lo verdaderamente fantástico era cuando llegaba la hora de dormir.Curiosamente, en el piso de arriba, se oían ruidos y pasos, las colchas de nuestra cama no eran lo suficientemente grandes para taparnos por completo .... ¿ Imagináis ya lo que pasaba ?


Pues sí... Aunque no os lo creáis, a nuestra terraza llegaban de forma mágica esos Reyes de Oriente, con sus camellos, haciendo sin querer un ruido espantoso, mientras que cuatro niñas intentaban dormir pronto, porque sabían muy bien, que si las encontraban despiertas no les iban a dejar nada ...


Os aseguro que pese a los nervios, sabíamos disimular muy bien.

 Por la noche, cada una de nosotras nos podíamos levantar al aseo como cinco veces, y cada vez que lo hacíamos (siempre por separado), ibas descubriendo que en sitios muy curiosos, y muy escondiditos, habían regalos, y en cada uno de ellos ponía un cartel que nos decía para quien era y el nombre del Rey que lo había traído. Por lo que a las seis de la mañana, ya desde nuestra habitación se preguntaba : ¿ Papá, mamá, ya han venido los Reyes ? Nada más nos contestaban que sí, en un salto ya nos poníamos todas a buscar, pero ninguna revelaba a la otra lo que iba descubriendo si no era la destinataria. 

 La cama de nuestros padres iba llenándose de bolsas, papeles, y por supuesto de cada sorpresa que se iba descubriendo. 


 Hoy, la mamá, soy yo. Y sigo intentando hacer llegar a mis hijos esa ilusión, por algo tan bonito como es la " inocencia ".

 Feliz Navidad a todos...

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